Da solidão ao exílio: o amor como laço

Abstract

Tratar de la soledad en psicoanálisis es tratar del núcleo del exilio de cada ser hablante, de la experiencia singular de habitar el propio cuerpo; es tratar de eso que no hace par, que únicamente se experimenta solo. Aunque la soledad no sea un concepto analítico, tanto Freud como Lacan se detuvieron sobre ella dándole atención a la relación primordial con el Otro. Lacan avanza y articula la soledad a lo femenino a partir del término Hay-Uno. El presente trabajo tiene como objetivo examinar los Orígenes del parlêtre. Tiempo primordial y primitivo del cual el ser hablante surge en el choque de la lengua con el cuerpo, este verdadero trauma fundante. Para ello, trabajamos la noción de superyó como una marca de este encuentro, distinguiendo el superyó freudiano del superyó lacaniano. Si ningún sujeto es causa de sí mismo, ¿cómo sería posible hablar de soledad? Pensar la soledad articulada a los registros simbólico e imaginario nos ha permitido pensarla también en su relación con las pasiones del ser –amor, odio e ignorancia – que, en el presente trabajo, pueden leerse como tres modos de defensa frente a la soledad del Uno. Proponemos, de esta manera, cuatro modos de mascarar la soledad, en los cuales las pasiones concurren, ya que, en su horizonte, siempre hay otro como causa del sufrimiento y/o daño: el aislamiento, el “sentirse solo” vinculado a la posición del abandono, la segregación y la devastación. La soledad en el registro real es rasgo del exilio del lenguaje, acontecimiento de cuerpo, marca de la entrada del parlêtre en el lenguaje. Al plantear el término Hay-Uno, Lacan instituye la diferencia radical, un hueco que no se completa; un agujero – trou - que sostiene la diferencia sexual; verdadero trauma del parlêtre. Así siendo, Hay-Uno es por excelencia la escritura de la soledad. Finalmente, se ha realizado un recorrido sobre el amor en el psicoanálisis, trayendo las modificaciones en el campo del amor a lo largo de la enseñanza freudiana y lacaniana. Para pensar la dimensión del amor, pero, sobre todo, del nuevo amor, propuesto por Lacan en su última enseñanza, hemos tomado el amor en su anudamiento en los tres registros: imaginario, simbólico y real.